La castración es una opción para un hombre que tiene problemas para concebir. Este procedimiento puede realizarse mediante métodos quirúrgicos o químicos. La castración puede ser una experiencia muy desagradable y tiene muchos efectos secundarios. Averigüe qué puede esperar de cada uno de ellos. Es importante saber que hay muchos riesgos asociados a este procedimiento, como el aumento de la presión arterial, el agrandamiento del pene y los sofocos similares a los de la menopausia. Además, el hombre pierde el pene y el vello del mismo. También quedará estéril. Este procedimiento puede ser psicológicamente doloroso, pero hay un número menor de hombres que optan voluntariamente por él.
Castración quirúrgica
La castración quirúrgica de un hombre se practica desde hace mucho tiempo en Oriente Medio y Asia. En la antigüedad, la castración solía implicar la extirpación de todos los genitales masculinos, lo que conllevaba graves riesgos de infección y hemorragia. En el Imperio Bizantino, el procedimiento se consideraba una sentencia de muerte. La castración quirúrgica moderna sólo extirpa los testículos, y a menudo se combina con quimioterapia y radiación.
Hay muchas formas de castrar a un hombre. La castración quirúrgica, la extirpación de los testículos y la castración química son algunos de los métodos más comunes. La castración quirúrgica implica la extirpación quirúrgica de los testículos, pero otros métodos utilizan fármacos, procedimientos inmunológicos o inyecciones hormonales. Algunos métodos utilizan hormonas exógenas para alterar el eje hipotálamo-hipófisis-gónadas, lo que puede provocar una pérdida de la función testicular.
La castración quirúrgica produce una regresión parcial o completa del tumor en hasta un 30% de los pacientes. Sin embargo, dos grandes ensayos clínicos recientes no han logrado mostrar un beneficio significativo. El National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project, que comparó a 129 mujeres castradas con 70 mujeres de control, no encontró ningún beneficio de la castración tras 10 años de seguimiento.
Aunque la castración no es obligatoria por ley, se sigue practicando en muchos estados. Algunos estados han experimentado con la castración química utilizando antidepresivos o acetato de medroxiprogesterona. Este procedimiento se ha convertido en un procedimiento controvertido, y los riesgos y beneficios son difíciles de determinar.
Hay muchos riesgos asociados a la castración. El procedimiento en sí puede tener un efecto negativo en el sistema reproductivo y puede causar la amputación del pene. Sin embargo, existen beneficios. Por ejemplo, la castración quirúrgica puede prevenir la propagación del SIDA. El procedimiento también reduce el riesgo de cáncer y otras infecciones.
La castración química, por su parte, puede tener un beneficio añadido si el cáncer de próstata se ha extendido o ha reaparecido. Sin embargo, esta forma de castración también puede afectar a los niveles hormonales del cuerpo y a la libido. Se utiliza principalmente para los pacientes que se someten a tratamientos hormonodependientes.
En los últimos años, se ha utilizado una combinación de anestésicos y agentes antiinflamatorios para reducir el estrés postoperatorio. Los estudios han demostrado que el uso de anestésicos locales reduce el estrés asociado a la castración, pero los resultados son contradictorios. En un estudio, el uso de un anestésico local y un agente antiinflamatorio eliminó el aumento de cortisol, pero el aumento de peso fue similar entre los pacientes castrados y los no castrados.
Castración química
La castración química de un hombre es un procedimiento quirúrgico que reduce los niveles de testosterona de forma permanente. El procedimiento implica la extirpación de los testículos o los ovarios. El procedimiento también puede realizarse de forma subcapsular, lo que elimina sólo las células que producen testosterona. Este procedimiento puede tener efectos secundarios graves y puede ser una mala opción para los depredadores sexuales adultos.
En el Reino Unido, la castración química se introdujo como forma de castigo para los delincuentes sexuales graves en 2007. Según el Ministerio de Justicia, en 2013 se castró químicamente a un número récord de pedófilos en las cárceles. El número de reclusos remitidos para el procedimiento se duplicó a 25, con 92 hombres tratados en un plan de prueba en HMP Whatton en Nottingham.
El procedimiento se ha utilizado para controlar y rehabilitar a delincuentes sexuales con trastornos sexuales patológicos. En Estados Unidos, el primer estado en legalizarlo fue California. Luego le siguieron Texas y Florida. Hoy en día, la castración química es legal en varios estados y países del mundo.
Los efectos secundarios de la castración química suelen ser reversibles. Los fármacos utilizados para tratar la enfermedad se administran mediante una inyección o un implante, y puede ser necesario repetir el tratamiento una o dos veces al año. La duración del tratamiento es un factor clave para determinar si es o no una buena opción. Sin embargo, es importante tener en cuenta que también puede tener consecuencias a largo plazo, por lo que es importante discutir las opciones con su proveedor de atención médica.
Aunque la castración química es una opción mejor que el encarcelamiento para el tratamiento de los hombres sexualmente desviados, no está exenta de riesgos. Su administración es costosa y requiere visitas frecuentes al médico. Además, el procedimiento no es una cura para la violencia sexual. Además, el uso de productos químicos para la castración química plantea problemas éticos relacionados con la coacción y el consentimiento informado.
La ACLU ha declarado que la castración química es cruel e incompatible con el derecho a la intimidad que tienen los hombres según la Constitución de los Estados Unidos. Además, la castración química no trata las causas subyacentes del comportamiento sexualmente desviado y puede dar lugar a una recaída en el comportamiento delictivo. Por lo tanto, la castración química debe ir acompañada de asesoramiento psicológico.
La castración química reduce los niveles de hormonas masculinas en los testículos. De este modo, el cuerpo deja de producir testosterona, que suprime el impulso sexual. Las hormonas producidas en los testículos acaban volviendo a la normalidad, pero los efectos pueden durar años. Puede realizarse mediante una inyección o un implante bajo la piel. A pesar de los efectos a largo plazo de la castración química, se considera un tratamiento aceptable para los trastornos dependientes de las hormonas.
Recientemente se ha aprobado en Pakistán una nueva ley que permite la castración química para reducir las inclinaciones sexuales de los delincuentes condenados. La ley se centra en la reducción de la libido y los niveles de testosterona. El procedimiento ha sido condenado por Amnistía Internacional como cruel e inhumano.
La vasectomía
La vasectomía para la castración de un hombre se ha vuelto más común en Estados Unidos, con un aumento del número de estas operaciones de más del 15% en los últimos meses. Esto se debe, en parte, al creciente número de jóvenes liberales que se someten a la operación de forma espontánea como protesta contra las leyes provida. Pero algunos creen que esta cirugía forma parte de una campaña mundial más amplia para suprimir la fertilidad masculina.
El procedimiento es mínimamente invasivo y suele durar menos de media hora. La mayoría de los hombres se recuperan completamente en una semana y pueden reanudar su actividad sexual. Algunos hombres experimentan pequeñas hemorragias e hinchazones después del procedimiento, pero generalmente son inofensivas y no ponen en peligro su vida. Los coágulos menores suelen disolverse por sí solos. Sin embargo, los coágulos grandes suelen requerir la reapertura del escroto para su drenaje. La intervención puede realizarse en un hospital o en un centro ambulatorio. La mayoría de los hombres reciben el alta hospitalaria en dos días, aunque algunos optan por quedarse en casa para recuperarse. También se recomienda que los pacientes se abstengan de levantar objetos pesados o de realizar ejercicios extenuantes durante los tres días siguientes a la intervención.
Aunque la vasectomía es la mejor forma de anticoncepción permanente para un hombre, no es una cura para las ETS. Entre los que optan por el procedimiento, los hombres con una sola pareja sexual tienen menos posibilidades de contraer enfermedades de transmisión sexual. Los hombres que no tienen hijos también tienden a rehuir este procedimiento, y no es de extrañar que muchos de ellos crean que tendrá un impacto negativo en su vida sexual en el futuro. Además, el procedimiento puede aumentar el riesgo de que el hombre desarrolle un cáncer de próstata.
La vasectomía para la castración de un hombre es un procedimiento quirúrgico que extirpa los testículos y los conductos deferentes del hombre, el tubo del pene que transporta los espermatozoides desde los testículos hasta la glándula prostática. Esto impide al hombre eyacular esperma durante el coito, pero no afecta a su deseo sexual ni a su capacidad de eyacular.
Otra opción para la castración es la castración química. No es permanente, pero los efectos secundarios suelen ser reversibles. También puede combinarse con una terapia hormonal. Aparte de esto, también hay servicios de apoyo que pueden ser útiles para el paciente. Si tiene alguna duda o preocupación, hable con su profesional sanitario. Ellos pueden ayudarle a encontrar las mejores opciones para usted.
Aumentar la concienciación sobre la vasectomía y sus beneficios es una forma de incrementar la tasa de uso en los Estados Unidos. Las campañas en los medios de comunicación y un mayor debate sobre el procedimiento pueden ayudar a aumentar el número de hombres que se someten a él. En Ghana, por ejemplo, el proyecto EngenderHealth utilizó una eficaz campaña mediática para promover el procedimiento. La campaña mediática incluía historias de receptores de vasectomía satisfechos.
Otro estudio se centró en el contexto social que rodea a la vasectomía. Entre los participantes había hombres y mujeres de diversos orígenes raciales y étnicos. Observaron temas positivos, como el deseo de asumir la responsabilidad de su anticoncepción, pero también temas negativos, como la asociación de la esterilización con la esterilización forzada, la pérdida de la virilidad y la permanencia del procedimiento. Además, señalaron que dudaban en someterse al procedimiento debido a sus ideas erróneas sobre la vasectomía y la esterilización femenina.
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